Hay gente que se cree todo lo que oye o lee sin el menor sentido crítico. Es algo que tiene siglos de antigüedad, pero que hoy se ha generalizado de tal modo que llega a ser una verdadera pandemia, aunque no se le dé el tratamiento adecuado para erradicarla, tal vez por el interés que ciertas elites tienen invertido en que se propague. Y es que la ignorancia y la credulidad son la fuente principal de las dependencias, tanto emocionales como vitales. Nada mejor que hacer que crean que eres su salvador para que te adoren eternamente; nada mejor que hacer que teman para que se arrojen en sus brazos salvadores; nada mejor que hacerles creer que son listos para que consuman compulsivamente.