Colega, del latín collega, «compañero de magistratura», derivado del verbo legare, con el prefijo con: collegare, que en este caso significa nombrar a alguien para un cargo junto con otro u otros. De ahí adquirió también el significado de compañero en una asociación y, por extensión, en una misma posición intelectual o vital. Con ese significado pasó al español y se emplea actualmente, aunque también adquirió el más extensivo de «compañero».
Homólogo, del griego homologos, compuesto por el prefijo omos, (con espíritu fuerte, de donde la h en latín y a través del latín, en las lenguas romances que la mantuvieron y que se pronunciaba como una j muy suave) y por el adjetivo logos, derivado del verbo legein, que en este caso significaba «de igual referencia», pues se empleaba cuando dos cosas que se cotejaban eran equivalentes o concordantes o referentes. Es por tanto un adjetivo, aunque su uso substantivado no sería incorrecto. No obstante, se observa a veces en el lenguaje periodístico que escriben o hablan de «su homólogo», para referirse a «su colega». La RAE define homología, entre otras definiciones, como «relación entre las personas que ejercen cargos iguales en ámbitos distintos», y homólogo como «que presenta homología». Por tanto, un cargo homólogo es aquel que presenta características similares en distintos departamentos o ministerios, sean del mismo o de diferente país. «Su homólogo francés», hablando de ministros, sería el ministro francés del ministerio equivalente al español. No hay que confundirlo con homónimo, que como es bien conocido, significa «de igual nombre».