Lento hilvana su día el tiempo,
madeja color carmesí,
flores de trapo y ausencia,
mundos de aire y dolor de años
recorren la espina del barco,
frágil velero que nunca zozobra.
Al final llegará a un puerto que quizá desconozca,
¿luto y desesperación?, ¿inconsciencia?
Quizá nunca descubra la causa
por la que un día se hizo a la mar.
Sobre la temperatura del agua
reverbera un sol amarillo
y los cuerpos se abrazan confusos
en la brisa de frescas hebras.
Llegará algún día a gozar del tiempo,
fresco verdor en el océano salado.